12 de Mayo de 2020
Recientemente, la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) lanzó una Lista de Medicinas Esenciales para Perros y Gatos. En esta misma línea, “dada la urgente necesidad de avanzar en la superación de las dificultades para acceder a medicamentos veterinarios”, han creado el Grupo de Pautas Terapéuticas (TGG) para liderar su trabajo en esta área.
El copresidente del TGG, Luca Guardabassi, aprovecha la presentación de este grupo de trabajo para reflexionar sobre la importancia de mejorar el concepto de administración de antimicrobianos en la práctica veterinaria de animales de compañía.
“Los antibióticos son una fuerza para el bien público global. Son indispensables para controlar y prevenir enfermedades bacterianas que de otro modo serían incurables en las personas, así como en los animales de compañía”, apunta Guardabassi.
Sin embargo, el experto señala que los antibióticos tienen el inconveniente de que su uso puede promover bacterias resistentes que pueden dificultar la eficacia de la vida útil de estos medicamentos con el tiempo.
“Existe el problema adicional de que el uso de antimicrobianos en animales de compañía tiene implicaciones potenciales para la salud pública y en el trabajo, ya que las bacterias resistentes en los animales de compañía pueden transmitirse a los propietarios y al personal veterinario”, indica.
PRIORIZAR LOS MEDICAMENTOS VETERINARIOS CON MENOR RIESGO
En vista de esto, considera importante racionalizar el uso de estos medicamentos esenciales, maximizando la eficacia clínica y minimizando la propagación de las resistencias. En otras palabras, si dos medicamentos tienen una eficacia comparable para tratar una enfermedad específica, el veterinario debe priorizar el medicamento que ofrece el menor riesgo de seleccionar fenotipos de resistencia a los antibióticos de relevancia clínica y zoonótica.
Esta, para Guardabassi no es una tarea fácil, porque requiere un amplio conocimiento, que abarca desde enfermedades infecciosas hasta farmacología y microbiología, complementada con una conciencia de la importancia crítica de las diferentes clases de antibióticos en la medicina humana. También requiere monitoreo local y la evaluación continua del uso de antimicrobianos y la resistencia a los antimicrobianos a nivel clínico.
Algunas de estas habilidades no están incluidas en el plan de estudios básico de la educación veterinaria actual. Es por eso que la educación continua sobre administración de antimicrobianos (AMS) es esencial para racionalizar el uso de antibióticos en la práctica veterinaria.
El copresidente explica que el mundo está comprometido en un esfuerzo colectivo para mejorar el uso de antimicrobianos en el sector veterinario a través de intervenciones nacionales y regionales destinadas a reducir el consumo general y restringir el uso de antimicrobianos específicos de gran importancia crítica en la medicina humana.
Este enfoque “de arriba hacia abajo” es efectivo para racionalizar el uso de antimicrobianos en la producción ganadera, donde las tasas de resistencia en los patógenos bacterianos son relativamente bajas y el impulso principal de AMS es mitigar los riesgos para la salud de los consumidores de alimentos y los trabajadores agrícolas.
INFECCIONES MULTIRRESISTENTES EN ANIMALES DE COMPAÑÍA
Sin embargo, Guardabassi considera que este enfoque es inadecuado para abordar las necesidades clínicas y los requisitos de atención al paciente asociados con la creciente incidencia de infecciones bacterianas resistentes a múltiples fármacos en animales de compañía, una situación que tiene importantes consecuencias para la salud y el bienestar de los animales.
“Las peculiaridades de la práctica de animales de compañía requieren un enfoque de abajo hacia arriba basado en la implementación del programa AMS a nivel clínico, que debe adaptarse tanto al programa de control de infecciones de la clínica como a los sistemas nacionales de vigilancia”, defiende.
Así, indica que cualquier clínica veterinaria debe tener un equipo de AMS, dirigido por un veterinario con competencia en este campo, y compuesto por representantes de todos los profesionales involucrados en el cuidado de los animales.
El equipo debe desarrollar formularios escritos para el uso de antibióticos que describan los medicamentos de primer, segundo y tercer nivel para cada enfermedad bacteriana de acuerdo con las pautas nacionales, para monitorear el uso de antibióticos y las tendencias de resistencia a nivel clínico, y para ajustar los formularios usando el análisis de estos datos de vigilancia, exactamente como se hace en hospitales humanos.
El equipo de AMS también debe definir objetivos e intervenciones para mejorar los patrones locales de uso de antibióticos. Los ejemplos de intervenciones podrían incluir correcciones de tendencias irracionales de prescripción de antibióticos, así como estrategias de reducción y rotación de antibióticos.
Para satisfacer la creciente demanda de educación sobre AMS, el miembro de TGG, Scott Weese, está organizando un curso en línea para veterinarios de animales de compañía que saldrá antes del final de 2020. En él, emplearán un enfoque de aprendizaje basado en casos para mostrar cómo el uso responsable de antibióticos se puede implementar de manera efectiva en la clínica veterinaria.
Fuente:
https://www.animalshealth.es/profesionales/personal-especializado-resistencias-antimicrobianas-clinicas-veterinarias
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