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Alma de veterinario

14 de Noviembre de 2022

Jorge Fusswinkel tiene setenta y seis años, pero, durante la tarde del jueves, por unas horas, revivió la época que transitó más de cuatro décadas atrás, para volver a ser el veterinario que en medio de la ciudad trataba de guiar lo mejor posible a quienes le llevaban a sus animales.

Nunca dejó de dedicarse a esa especialidad, pero, en vez de mascotas, pasó a atender grandes “producciones” de vacas, ovejas y demás, en el campo.

Sucede que a los organizadores de la Fiesta de la Tradición se les ocurrió montar, por una jornada, una especie de granja campestre en el velódromo municipal.

Conejos, pavos, patos, gallinas, capones y hasta un cerdo cambiaron su ámbito natural para que las familias a pleno –sobre todo, los más pequeños– disfrutaran con el acercamiento a esos animales que no suelen ser muy habituales en el marco urbano.

Desde la Sociedad Rural Bariloche surgió la posibilidad de ayudar en esta iniciativa.

Ahí entró, justamente, Jorge Fusswinkel, que no forma parte de la comisión directiva de la Rural, pero es socio y participa de manera activa en cada exposición del sector.

“La Rural quiere acercarse a la gente de la ciudad, porque a veces existe ignorancia con respecto a la actividad agropecuaria, en relación a qué se hace en el campo. Todos se creen que es algo de multimillonarios, y no es así, se trata de un trabajo más. Hay gente que tiene pocos animales y debe estar siempre alerta, porque sufre muchos problemas de robo, de sequía… Las suyas son economías que rayan en lo mínimo para mantenerse”, explicó el profesional.

“Cuando empecé, hace ya cuarenta y seis años, tenía mi clínica veterinaria en el centro, fui uno de los primeros veterinarios que hubo acá”, narró, para luego añadir que en la actualidad se dedica solo al ámbito campestre.

“En el campo he atendido de todo, desde grandes estancias hasta pequeños productores”, apuntó.

Pero, más allá de estar, entonces, en otro ámbito, sobre el trato actual a los animales domésticos opinó: “Veo que ahora hay muchísima más dedicación, sobre todo a partir de la pandemia, donde se dependía mucho más emocionalmente de la mascota… Nada que ver con las viejas épocas”.

Jorge contó que siempre quiso dedicarse a la medicina veterinaria, porque el trato con los animales había estado presente en su vida desde pequeño: “Me crié en una estancia grande de la provincia de Buenos Aires, en Tres Arroyos. Mi padre tenía campo”, apuntó.

Orgulloso, durante la charla, contó: “Mi hijo que es veterinario, y uno de mis nietos también quiere estudiar lo mismo”.

Fuente:
https://www.elcordillerano.com.ar/noticias/2022/11/14/148320-alma-de-veterinario

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